Acelera tu Potencial de Liderazgo

En el camino hacia el liderazgo, buscar nuevos caminos y soluciones que te inspiren, herramientas que te ayuden de manera medible a superar nuevos retos, a acelerar tu potencial de liderazgo; saber como lo han hecho otros líderes es clave para poder encontrar tu propia versión del éxito.

A lo largo de mis 20 años de liderazgo expansivo siempre he buscado nuevos caminos y soluciones no convencionales, herramientas de precisión que me ayudasen, de manera medible, a superar nuevos retos, nuevas adversidades y encontrar mi propia versión del éxito: ayudar a personas y empresas a acelerar su potencial de liderazgo y apoyarlas en la consecución de sus metas personales, profesionales y empresariales.

 ¿Qué te llevó a empezar este viaje de liderazgo, Lydia?

Muchas son las personas las que me preguntan ¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo te ha dado tiempo a tanto? ¿Cómo puedo yo empezarlo? ¿Cómo lo hago?.

La respuesta es solo una, simplemente empiezas, tienes que empezar a hacerlo y saber que no será perfecto y será un desastre y será difícil, pero que estás haciendo algo y estás en el camino de empoderar a las generaciones futuras.

Estás en el camino del liderazgo, de ser un ejemplo a seguir para las generaciones de mujeres y hombres del mañana. Un ejemplo que impulsará su pasión, su ambición y sus carreras profesionales, que les mostrará que siempre hay caminos diferentes hacia el éxito personal y profesional, caminos enriquecedores que les llevarán a explorar sendas no transitadas, a salir de su zona de confort, a conocer nuevas formas de pensar, nuevas personas e influencias que les ofrezcan una alternativa empoderadora y real, diferente a la realidad virtual condicionada que les ofrecen las redes sociales.

Una alternativa que impulse su desarrollo, su capacitación, su autoestima, su liderazgo y su bienestar. Una influencia que yo denomino “como acelerar tu potencial” y que está dirigida a ofrecerles formas medibles de mejorar, de comprenderse, de conocerse mejor y comprender mejor a los demás, de desarrollar sus habilidades, capacitarse y adquirir competencias para liberar su potencial, para alcanzar todo aquello que se propongan en la vida, sin distinción de edad, género o condición social.

Un ejemplo de liderazgo que les muestre lo diferentes y asombrosos que son por quién realmente son y lo mucho que tienen que aportar al liderazgo futuro de este país, simplemente por ser quien son, abanderando su sabiduría y su pasión, sin tener que ser encajonados en cliches de género, edad y/o condición social.

Una forma de liderazgo que les muestre como ser líderes efectivos, grandes personas que no tienen miedo a romper reglas del convencionalismo, que son ágiles y flexibles, que abrazan el cambio como herramienta de mejora y perfección, que entienden que la clave del éxito reside en las personas, que son precisamente los equipos de personas exitosos los que conforman y consolidan el éxito de las empresas y la sociedad. Que el éxito no proviene de uno mismo, sino de la interdependencia positiva de las personas que disuelve barreras del condicionamiento cultural, de la división social entre hombres-mujeres, de los reproches y la desigualdad victimista que personas sentadas en el poder político actual quieren vendernos como la solución global a nuestros retos y desafíos como personas, como sociedad y entidad nacional.

Un liderazgo ejemplo de motivación y determinación que les facilite áreas de reflexión sobre qué es lo que están haciendo y que es lo que les gustaría hacer por el resto de sus vidas; una reflexión sobre aquello que es realmente importante para cada uno de ellos, sus valores y lo importante que es construir sólidos anclajes en sus valores para encontrar, de esta forma, la fuerte motivación necesaria para liderar el cambio en sus vidas y en las empresas, organizaciones, asociaciones sociales y partidos políticos en los que trabajarán en el futuro. Un liderazgo que cree en la importancia de generar una cultura de personas, una cultura de colaboración y unión de talentos, que la sociedad tanto necesita en estos tiempos inciertos. Una motivación que les permita construir, nutrir y consolidar la cultura de la colaboración, y no del ego, en la que las personas encuentren la confianza necesaria para querer contribuir con sus talentos, y co-crear un entorno de paz y solidaridad, logrando sellar el ADN social por sus talentos, no por sus diferencias de género, edad, procedencia. Por el valor que aportan las personas a la sociedad y al tejido empresarial, por su potencial de crecimiento exponencial, no por su género, ni tampoco por los colores que hayan marcado su infancia siendo niñas y niños…

Una influencia que les muestra confianza en sus recursos, sus talentos naturales, en los talentos innatos de los demás y en la perfecta interrelación de todos los diferentes talentos tan necesaria y que les permitirá seguir adelante, avanzar en pos del bienestar general y crecimiento sostenible como sociedad, economía y entidad nacional. Confianza que les permita seguir aprendiendo de sí mismos y del liderazgo de los demás, mostrarse vulnerables, reconocer que no lo saben todo y mantenerse abiertos y positivos hacia nuevas ideas que sumen y aceleren su propio potencial de liderazgo.

Una manera de compartir que ponga el foco la necesidad de la inteligencia emocional como competencia clave para construir equipos conformados sobre la diversidad, representada en todas las áreas de los negocios, asociaciones sociales y políticas, que integra el ADN del líder. Una competencia, la inteligencia emocional, a través de la cual el líder pueda impulsar su desarrollo personal y desarrollo profesional, pueda potenciar su autoconfianza y la fortaleza mental para dar respuestas efectivas a los nuevos retos de un entorno cada vez más diverso en términos de neuro-diversidad, más volátil y disruptivo; y pueda ofrezcer respuesta a las nuevas necesidades sin tener miedo a trazar nuevos planes. Una inteligencia emocional que trabaje en paralelo con la inteligencia digital a fin de construir conexiones digitales de propósito, conexiones que generen valor para los demás y para su propio crecimiento; y que pueda posicionar los negocios y proyectos sociales y políticos de la manera mas ventajosa, abriendo nuevas puertas para la innovación, abrazando el cambio para crear nuevos servicios y productos de valor con el factor WOW!. Un liderazgo que construya sobre las personas como base, para consolidar de manera sostenible el triunfo futuro en su área de operaciones.

Una actitud positiva y respetuosa cimentada en el reconocimiento del valor propio y el reconocimiento y valoración de los talentos los demás, que no permita que nadie reproche que “no tiene materia de líder”, ni que su voz crítica interior (síndrome del impostor) le diga que no es suficiente y le aleje de sus sueños. Un liderazgo auténtico que comprenda que cuanto más tiempo, energía y esfuerzo dedique a lo que le importa y le apasiona, será entonces cuando más le divierta lo que hace y más cerca estará de ser un líder fenomenal.

Un nuevo resurgir de la potencialidad de la mente humana a través de la práctica del control mental y enfoque de la energía en aquello que puede controlar, minimizando el impacto negativo de la preocupación sobre aquello que no puede controlar, retomando el control del propio bienestar y la motivación por mejorar. Una nueva forma de liderar el cambio no centrada en el pasado y lo que no pudo controlar, sino en el presente con claro enfoque de futuro, que lidere aquello que puede preparar y controlar para conseguir lo que desea alcanzar y que encuentre su anclaje en los valores y motivadores propios como fórmula exitosa de un liderazgo de propósito, la herramienta sin duda más potente que permitirá al líder liderar con éxito todos los reveses y los momentos más oscuros que se encuentre en el camino y a clarificar direcciones de futuro teniendo la absoluta certeza que puede alcanzar a ser todo lo que se propone.

Un nuevo renacer de la actitud de lucha, que se preocupa menos, da menos importancia a de aquellas cosas en a las que no consiguió sobresalir y avanza hacia adelante, siendo consciente de la riqueza de las lecciones aprendidas que le aportan las experiencias pasadas, decidiendo aprender de ellas como método para prepararse mejor para el futuro, para mejorar, seguir creciendo.

Una nueva toma de conciencia sobre la impulsividad y velocidad de la vida, comprendiendo que ir rápido conduce a las persona a ir solo/a, pero que si se quiere ir lejos, necesita marchar junto a otras personas (viejo proverbio africano).

Una forma de experimentar la vida no centrada en parámetros de género, edad, clase social, sino en el ejemplo de superación personal, de toma de consciencia sobre el valor de la interdependencia social; y comprensión del propósito del liderazgo, que no es otro que servir y aportar valor a la sociedad.

Una visión en la que el género no estigmatiza, sino que es considerado y respetado como un signo de nuestra diferenciación, de aquello que nos hace tan únicos y especiales. Una visión consolidada en la creencia de que todos tenemos igual capacidad a la hora de responsabilizarnos y comprometernos con nuestro camino y encontrar las vías más adecuada para dar plenitud al liderazgo y que, por encima de las creencias y percepciones propias (techo de cristal), las personas siempre dispondrán de armas como la sabiduría cosechada y la toma de conciencia para elegir de manera eficaz entre las múltiples oportunidades, aquellos entornos de influencia y trabajo, donde mejor sean consideradas, valoradas y apreciadas sus competencias de liderazgo y su contribución a la sociedad, por encima de cualquier tipo de distinción en materia de género.

Una forma de experimentar la vida desde un ángulo más empático que respeta el que a lo largo del camino se encontrarán con otras personas con sus propias ideas y creencias; y que solo depende de la cada uno de nosotros demostrar que nuestra capacidad, pasión, competencias de liderazgo y valor trasciende y brilla por encima de toda creencia ajena sobre género, edad, por muy cimentada que se encuentre.

@LydiaCuervo